sábado, 5 de diciembre de 2009

Discurso del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba,
Bruno Rodríguez Parrilla, en la XIX Cumbre Iberoamericana, Estoril, Portugal.

30 de noviembre del 2009.

Excelentísimo Señor Aníbal Cavaco Silva, Presidente de la República Portuguesa:

Excelentísimo Señor José Sócrates Carvalho Pinto de Sousa, Primer Ministro:

Majestad:

Excelencias:

Quisiera trasladarle a usted, a los distinguidos Jefes de Estado y de Gobierno, y a los Jefes de Delegaciones que nos acompañan un saludo afectuoso del Presidente Raúl Castro Ruz, así como un mensaje de amistad y de solidaridad del pueblo de Cuba.

Deseo expresar también nuestro reconocimiento al Gobierno de Portugal y al pueblo de este hermoso país, por la simpatía y la hospitalidad con que nos han acogido a todos.
El tema que ocupa nuestra atención en esta Conferencia Cumbre refleja, como pocos, los dilemas del desarrollo y expresa con nitidez y crudeza las inmensas desproporciones entre las naciones subdesarrolladas, con índices de hambre y pobreza que crecen al calor de la secuencia de crisis que hoy las azotan, y las sociedades industrializadas, en las que el irracional despilfarro y consumismo siguen siendo una constante.

La innovación y el conocimiento plantean oportunidades para promover el desarrollo, para impulsar el crecimiento económico, para reducir la inequidad, para curar las enfermedades curables y encontrar solución a las hoy incurables, para mejorar las condiciones de vida de miles de millones de seres humanos, para darle oportunidad a los discapacitados, para erradicar el hambre del mundo, para conseguir la justicia y para proteger al planeta del efecto depredador de nuestra propia acción.

Pero también pueden usarse para promover la exclusión, privar a los más pobres de la tecnología y el adelanto, perpetuar en la miseria a miles de millones de personas, contribuir al acaparamiento y la exclusividad del conocimiento, concentrar el dominio de las fuentes y recursos para la producción de alimentos y explotar más intensamente los recursos agotables del planeta. Sirven, además, para crear las armas con las que se podría destruir el mundo en que vivimos y también para agotar al planeta y aniquilar a todo lo que en él habita.

José Saramago, hijo de esta tierra fértil y premio Nóbel de Literatura, representó tal dilema con una pregunta desafiante: “¿Qué clase de mundo es éste que puede mandar máquinas a Marte y no hace nada para detener el asesinato de un ser humano?”

La innovación y el conocimiento no son categorías neutrales independientes de la voluntad de los seres humanos, y las impactantes realidades del mundo en que vivimos no pueden ser ignoradas.

Existe una inobjetable brecha digital y del conocimiento. La actividad científica y de innovación está altamente desbalanceada. Cada año se publican dos millones de artículos científicos, se depositan un millón de patentes y hay más de mil millones de usuarios de Internet. Pero el 85 por ciento de las publicaciones, el 90 por ciento de las patentes y el 75 por ciento de los usuarios de Internet corresponden a los países industrializados. En la actualidad, 700 empresas dan cuenta de la mitad del gasto mundial y de dos tercios de la inversión privada en investigación y desarrollo. El 80 por ciento de este grupo de firmas pertenece a cinco países industrializados, mientras que sólo el uno por ciento proviene de países subdesarrollados.

Hoy, en lugar de “robo de cerebros”, se trata de acuñar el término “libre circulación de cerebros”, eufemismo que enmascara la emigración masiva hacia el Primer Mundo de graduados universitarios y profesionales de alta calificación que nunca retornan a sus países de origen. O sea, no sólo se trata de que se produce el acaparamiento y la exclusividad del conocimiento, sino de que operan las viejas y nuevas formas de expropiación del conocimiento de los países subdesarrollados por parte del mundo industrializado, de las que el “robo de cerebros” constituye una clara manifestación y una práctica muy rentable de apropiarse de mano de obra calificada a un bajo costo.

Como consecuencia de este fenómeno, según datos de la CEPAL, los países de la América Latina y el Caribe disponen sólo de 146,000 investigadores, que representan apenas el 3,5 por ciento del total de científicos del planeta, valor inferior al promedio mundial. América Latina y el Caribe tienen 3 veces menos investigadores que Japón, 6 veces menos que los Estados Unidos y un cuarto del personal de investigación y desarrollo de Europa, y 4 veces menos que China. Solamente Estados Unidos y Canadá disponen del 25 por ciento de los investigadores del mundo. Las cifras son dramáticas. Se calcula que de 1961 a 2002, un millón 200 mil personas altamente calificadas de la América Latina y el Caribe emigraron a Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, lo que le ha costado a los países de la región más de 30 mil millones de dólares, según cálculos conservadores.

El Banco Interamericano de Desarrollo informó recientemente que, en América Latina, unos 54 millones de adolescentes no tienen acceso a la escuela o cursan la enseñanza primaria en instituciones de mala calidad.

Señor Presidente:

Desde hace 50 años, en Cuba la educación para todos los niños, adolescentes, jóvenes y adultos, es un derecho humano garantizado por nuestro gobierno.

Cuba ha identificado a la innovación y el conocimiento como factores centrales del proceso de desarrollo, como piezas clave de los objetivos de justicia social y como estímulos al progreso de la población en su conjunto. Han sido también componentes sustanciales del logro de nuestra verdadera independencia, tanto en el ámbito político como en el económico y el cultural.

Cuba cuenta hoy con una infraestructura de más de 200 centros y áreas investigativas, tecnológicas y de innovación, de los cuales 115 son grandes centros de investigación, desarrollo y comercialización. El país dedica el uno por ciento de su PIB a la ciencia y tecnología y contamos con 15 científicos e ingenieros por cada 10 mil habitantes. Hoy tenemos un graduado universitario por cada 10 habitantes y, dentro de dos años, en las más de 60 universidades cubanas, se alcanzará el millón de graduados en la enseñanza superior. En el importante campo de la conservación y cuidado del medio ambiente, Cuba es considerada, por su huella ecológica, como uno de los contados países con un desarrollo sostenible, compatible con la preservación de la naturaleza.

En el campo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, hemos invertido en la formación de recursos humanos, con la creación de centros de excelencia, como la Universidad de Ciencias Informáticas. En este moderno complejo, junto a las facultades ya existentes en todo el país dedicadas a ingeniería, cibernética, matemática, pedagogía y tecnologías de la salud, se forman especialistas en más de 10 profesiones de alto nivel para la aplicación de las ciencias informáticas.

Las tecnologías aplicadas a la salud, la ingeniería genética y la biotecnología en su conjunto, son áreas de demostrado éxito para la ciencia y la innovación en Cuba. Su impacto en la población se demuestra, entre otros, en la expectativa de vida, que alcanza niveles comparables con los países más desarrollados.

Hoy, el país se adentra paulatinamente en el campo de la nanotecnología por sus múltiples aplicaciones potenciales, especialmente en la salud. Lo que Cuba ha alcanzado en este frente es un testimonio del importante lugar que merecen entre las prioridades de nuestro gobierno la formación de recursos humanos y la inversión en la ciencia, y constituye una conquista incuestionable, si se considera, además, que se logra en las condiciones de un país subdesarrollado, sometido a la más persistente hostilidad de los Estados Unidos de América y al más brutal bloqueo económico que haya conocido nación alguna.

Señor Presidente:

Nuestro país comparte plenamente la afirmación de que la innovación y el conocimiento son instrumentos fundamentales para erradicar la pobreza, combatir el hambre y mejorar la salud de nuestras poblaciones, como se afirma en los documentos que nos proponemos aprobar. También sostiene el criterio de que éstas no son categorías que puedan tratarse con un enfoque mercantilista, en búsqueda de mezquinas ganancias, ni con el estrecho propósito de obtener ventajas comerciales y mejorar la competitividad económica.

El empeño iberoamericano de otorgar prioridad a la innovación, poco logrará si descuidamos el compromiso con la justicia social y nos rendimos ante el dictado del mercado, del monopolio de las patentes, de las restricciones de la propiedad intelectual y de los intereses de las grandes corporaciones transnacionales que concentran cada vez más el dominio del conocimiento, de sus fuentes de desarrollo y de sus medios de transmisión.

Nuestro avance será escaso si no se facilita la transferencia de tecnología hacia los países en desarrollo y si la gran mayoría de las naciones iberoamericanas sigue siendo víctima de un orden económico internacional injusto e inoperante.

La innovación y el conocimiento han de disfrutar de la cooperación entre nuestras naciones, y han de compartirse con un sentido solidario y responsable. Sólo pueden promoverse exitosamente con un papel activo y consciente de los Estados nacionales, con un involucramiento vigoroso de los gobiernos y una participación masiva de la población. Sólo ciudadanos educados, cultos y con dominio de la ciencia y la tecnología, llevarán a nuestras sociedades hacia un desarrollo sostenible y justo. El orden económico internacional, excluyente y expoliador, constituye un obstáculo estructural e inevitable para avanzar en estos propósitos.
La innovación y el conocimiento requieren, además, de un clima de paz y de seguridad. En pleno siglo XXI, el Gobierno de los Estados Unidos de América amenaza a los pueblos latinoamericanos con el desarrollo de una doctrina militar agresiva, la reactivación de la IV Flota y con el establecimiento de bases militares, cuyo propósito es la dominación y la intervención, es acercar el poderío militar estadounidense a las ricas fuentes de materias primas y recursos energéticos que posee la región. Constituyen una ofensa a la dignidad de “Nuestra América”, y una amenaza a la paz, la estabilidad y la soberanía. Apuntan no sólo contra la hermana República Bolivariana de Venezuela, que tiene todo el derecho de defenderse, sino contra todos los Estados de la región.

América Latina y el Caribe debe ser territorio libre de bases militares extranjeras. Cuba, país que ha sufrido y sufre en carne propia la persistente hostilidad de los Estados Unidos de América, reclama el cierra de la Base de Guantánamo, del campo de tortura allí instalado y la devolución del territorio que usurpan a nuestro país.

En Honduras se ha instalado, mediante un golpe militar, con la instigación y el apoyo de los Estados Unidos, una dictadura. Reconocer el gobierno espurio que de estas elecciones ilegitimas emerja, traicionaría los principios de paz, democracia y justicia que se proclaman, y así debería manifestarse esta Cumbre. Tenemos la profunda convicción de que el pueblo hondureño, con su lucha, dirá la última palabra.

América Latina y el Caribe debe ser también territorio libre del terrorismo. Cuba, que ha sido durante medio siglo víctima de dicho flagelo desde el territorio de los Estados Unidos, reclama la liberación de cinco luchadores antiterroristas cubanos presos injustamente en cárceles norteamericanas, por tratar de impedir, con sus actos, que el terrorismo contra su Patria cobre nuevas vidas cubanas e incluso norteamericanas.

América Latina y el Caribe reclaman también el derecho de sus pueblos a vivir en paz y a construir un futuro de justicia, en el que la innovación y el conocimiento sean fuente de virtud, no instrumentos de guerra.

Esperamos que nuestra meditación conjunta sobre estos temas, nuestra valoración serena de la realidad en que vivimos y una acción resuelta, contribuya al desarrollo equilibrado y sostenible de nuestros pueblos, a facilitar el camino del conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación; y nos permita defender el derecho a la paz y a la justicia.
Muchas gracias.

(Cubaminrex-Embacuba Portugal)
Los Cinco en IX Congreso de Solidaridad con Cuba en Paraguay

Paraguayas y paraguayos relanzan movimiento de solidaridad con Cuba
Con una emotiva apertura que estuvo a cargo de la orquesta y Coro de la Escuela de Música Herminio Giménez de Itá , los músicos Mario Casartelli y Ricardo Flecha y ante la masiva presencia de participantes se dio inicio en la sala Bicameral del Congreso Nacional al noveno Congreso de Solidaridad con Cuba.

"Nosotros, paraguayos y paraguayas de esta forma también nos unimos a las voces de todo el mundo que repudian al criminal bloqueo de Estados Unidos contra Cuba", señaló la convocatoria para este encuentro.

Los concurrentes al congreso observaron un video documental en el cual se ilustró con claridad las consecuencias que tiene para la República de Cuba el Bloque Económico que soporta desde hace más de cuatro décadas. Se destacó la presencia del senador nacional, Sixto Pereira, la diputada Aida Robles, el Ex senador nacional, Domingo Laino, María Eugenia Guerrero, Hermana de Antonio Guerrero, uno de los cinco luchadores antiterroristas, prisioneros del gobierno norteamericano.

En su alocución, el Senador Sixto Pereira manifestó “Ante un mundo que se debate en la crisis cíclica del capitalismo decadente, hay un pueblo que se debate en lucha, el heroico pueblo cubano” refiriéndose a la medida tomada por Estados Unidos desde 1962.

“Condenamos la vigencia de una medida inhumana y bárbara como el bloqueo con contra cuba, pero existe ya un repudio mundial hacia los hacedores del Bloqueo” aseveró el senador Pereira.
Además de la condena al bloqueo los participantes reclamaron la liberación de los cinco héroes cubanos. Estos ciudadanos se encuentran injustamente apresados desde el año 1998 cuando fueron acusados por el gobierno norteamericano de ser espías. Ligia Prieto de Centurión, presidenta Honoraria de la Coordinadora Paraguaya de Solidaridad con Cuba relató las hostilidades y acciones de terroristas perpetradas por organizaciones que bajo el amparo de EE.UU. operan desde Miami y como estos 5 ciudadanos cubanos se infiltraron en las mismas para prevenir y detener estas operaciones que costaron la vida a cientos de cubanos: “estas acciones terroristas, llevadas a cabo por el imperialismo Norteamericano hizo que, los cinco héroes asumieran la misión de luchar contra el terrorismo” afirmó.

En tanto, María Eugenia Guerrero manifestó “Hay cientos de miles de cubanos dispuestos a dar su vida con tal de defender nuestra paz, así como los cinco cubanos injustamente condenados en Estados Unidos”.

Paraguay y Cuba mantienen una tradición de amistad que comenzó oficialmente con el establecimiento de relaciones en 1902, sólo interrumpida durante la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989) y restablecidas después de su caída. Está relación de amistad se vio reforzada en los últimos años a partir de los cientos de jóvenes paraguayos que se encuentran becados en la isla caribeña, además de los programas de cooperación del gobierno cubano que a través del trabajo solidario de sus médicos realizaron operaciones de cataratas logrando hasta el momento devolver la vista a más de doce mil paraguayos y paraguayas.

La organización de este noveno congreso conformada por representantes de ex becarios, padres de los estudiantes en Cuba, organizaciones de mujeres, estudiantes y fuerzas progresistas resaltaron la importancia de la solidaridad entre los pueblos latinoamericanos y destacaron un calendario de actividades para el año 2010 que apunte a la profundización de las relaciones amistosas entre los dos pueblos.

Al cierre del acto los músicos cubanos Carlos Ruiz de la Tejera y Jesús del Valle manifestaron su agradecimiento a la solidaridad del hermano pueblo paraguayo.
Discuten en Tijuana acciones de apoyo a los Cinco

Se inicia hoy en Tijuana, México. Sexta Conferencia de solidaridad con
Cuba

Como principal objetivo ,incrementar acciones para romper el bloqueo norteamericano a Cuba y lograr la libertad de los Cinco cubanos prisioneros en Cárceles de Estados Unidos.

Al encuentro participarán dirigentes sindicales de Estados Unidos, Cuba, Colombia, Venezuela, Costa Rica, el país sede y otras naciones, así como representantes de movimientos sociales e instituciones progresistas.

Raimundo Navarro Fernández, del secretariado nacional de la CTC, preside la delegación de la Central de Trabajadores de Cuba, a la Sexta Conferencia de Solidaridad con nuestro país que se desarrollará hasta el siete del presente mes.

Otros objetivos de los participantes a la reunión de Tijuana, México, son, analizar el impacto de la crisis global en países del continente, los procesos de integración, y el papel del movimiento sindical.

Tomado de Radio Rebelde 4/dic/09
Reflexiones del Compañero Fidel
Existe margen para la hipocresía y la mentira?


Estados Unidos, en su lucha contra la Revolución Cubana, tuvo en el gobierno de Venezuela su mejor aliado: el eximio don Rómulo Betancourt Bello. No lo sabíamos entonces. Había sido electo Presidente el 7 de diciembre de 1958 y, sin asumir todavía el cargo, el 1º de Enero de 1959 triunfó en Cuba la Revolución. Semanas después, tuve el privilegio de ser invitado por el Gobierno provisional de Wolfgang Larrazábal para visitar la Patria de Bolívar, que tan solidaria había sido con Cuba.

Pocas veces en la vida vi más calor de pueblo. Las imágenes fílmicas se conservan. Avancé por la amplia autopista que sustituyó el sendero asfaltado por donde me habían conducido la primera vez que viajé a Venezuela en 1948, de Maiquetía a Caracas, los conductores de vehículos más temerarios que conocí nunca.

Esa vez escuché la rechifla más sonora, prolongada y embarazosa en mi larga vida cuando me atreví a mencionar el nombre del recién electo y no posesionado Presidente. Las masas más radicalizadas de la Caracas heroica y combativa habían votado abrumadoramente contra él.

El "ilustre" Rómulo Betancourt era mencionado con interés en los círculos políticos del Caribe y América Latina.

¿Cómo se explica? Había sido tan radical en su mocedad, que a los 23 años ingresó como miembro del Buró Político del Partido Comunista de Costa Rica, desde 1931 hasta 1935. Eran los tiempos difíciles de la Tercera Internacional. Del marxismo-leninismo aprendió la estructura de clases de la sociedad, la explotación del hombre por el hombre a lo largo de la historia y el desarrollo de la colonización, el capitalismo y el imperialismo en los últimos siglos.
El año 1941, junto a otros líderes de izquierda, fundó en Venezuela el Partido Acción Democrática.

Ejerció la Presidencia provisional de Venezuela desde octubre de 1945 hasta febrero de 1948, en virtud de un golpe de Estado cívico militar. Marcha de nuevo al exilio cuando el ilustre escritor e intelectual venezolano Rómulo Gallegos fue electo Presidente Constitucional y derrocado casi de inmediato.

La maquinaria bien engrasada de su partido lo elige Presidente en las elecciones del 7 de diciembre en 1958, después que las fuerzas revolucionarias venezolanas, bajo la dirección de la Junta Patriótica que presidió Fabricio Ojeda, derrocó la dictadura del general Pérez Jiménez.

Cuando a fines de enero de 1959 hablé en la Plaza del Silencio, donde se reunieron centenares de miles de personas y mencioné por pura cortesía a Betancourt, se produjo la colosal rechifla que conté contra el Presidente electo. Para mí fue una verdadera lección de realismo político. Tuve luego que visitarlo, por ser el Presidente electo de un país amigo. Encontré a un hombre amargado y resentido. Era ya el modelo de gobierno "democrático y representativo" que necesitaba el imperio. Colaboró todo lo que pudo con los yankis antes de la invasión mercenaria de Girón.

Fabricio Ojeda, sincero e inolvidable amigo de la Revolución Cubana, a quien tuve el privilegio de conocer e intercambiar con él ampliamente, después me explicó mucho sobre el proceso político de su Patria y la Venezuela con la cual soñaba. Fue una de las numerosas personas que aquel régimen, totalmente al servicio del imperialismo, asesinó.

Ha transcurrido desde entonces casi medio siglo. Puedo dar testimonio del cinismo excepcional del imperio contra el que nos hemos enfrentado infatigablemente los revolucionarios cubanos, como dignos herederos de Bolívar y Martí.

Durante el tiempo transcurrido, desde los días de Fabricio Ojeda, el mundo ha cambiado considerablemente. El poder militar y tecnológico de ese imperio ha crecido; también su experiencia y su ausencia total de ética. Sus recursos mediáticos son más costosos y menos subordinados a normas morales.

Acusar al líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, de promover la guerra contra el pueblo de Colombia, desatar una carrera armamentista, presentarlo como productor y promotor del tráfico de droga, reprimir la libertad de expresión, violar los derechos humanos y otras imputaciones similares, son acciones repugnantemente cínicas, como todo lo que ha hecho, hace y promueve el imperio. La realidad no puede olvidarse nunca, ni dejar de reiterarse; la verdad objetiva y razonada es el arma más importante con la cual martillar sin descanso en la conciencia de los pueblos.

El gobierno de Estados Unidos, es necesario recordarlo, promovió y apoyó en Venezuela el golpe de Estado fascista del 11 de abril del 2002 y, tras su fracaso, puso todas sus esperanzas en un golpe petrolero, apoyado con programas y recursos técnicos capaces de liquidar cualquier gobierno, subestimando al pueblo y a la dirección revolucionaria de ese país. Desde entonces ha conspirado sin cesar contra el proceso revolucionario venezolano, como ha hecho y lo sigue haciendo contra la Revolución en nuestra Patria durante 50 años. A Venezuela, con los enormes recursos energéticos y otras materias primas que posee, obtenidos a ínfimos precios, y la propiedad transnacional de las grandes instalaciones y servicios, le interesa a Estados Unidos controlarla mucho más que a Cuba.

Aplastada a sangre y fuego la Revolución en Centroamérica, y mediante golpes de Estado sangrientos y represivos los avances democráticos y progresistas en Suramérica, el imperio no podía resignarse a la construcción del socialismo en Venezuela. Se trata de un hecho real, innegable e inocultable para quien posea un mínimo de cultura política en América Latina y el mundo.

Es conveniente recordar que ni siquiera después del golpe de Estado promovido por Estados Unidos, en abril del 2002, el gobierno de Venezuela se armó. El barril de petróleo valía apenas 20 dólares, ya devaluados, desde que en 1971 Nixon suspendió su conversión en oro, casi 30 años antes de que Chávez llegara a la Presidencia. Cuando tomó posesión, el petróleo venezolano no alcanzaba los 10 dólares. Posteriormente, cuando los precios se elevaron, dedicó los recursos del país a programas sociales, planes de inversión y desarrollo, y a la cooperación con numerosas naciones del Caribe y Centroamérica y otras de economías más pobres en Suramérica. Ningún otro país ofreció tan generosa cooperación.

No compró un solo fusil durante los primeros años de su gobierno. Hizo, incluso, algo que ningún otro país habría hecho en condiciones de peligro para su integridad: suspender legalmente la obligación de cada ciudadano honesto y revolucionario de defender con las armas su país.

Pienso más bien que la República Bolivariana tardó bastante en adquirir nuevas armas. Los fusiles de infantería que disponía eran los mismos desde que hace más de 50 años, el Gobierno Provisional del almirante Larrazábal, me obsequió un fusil automático FAL el penúltimo mes de la guerra, en noviembre de 1958. Venezuela siguió disponiendo de ese tipo de armamento de infantería varios años después de la toma de posesión de Chávez.

Fue el Gobierno de Estados Unidos el que decretó el desarme de Venezuela, cuando prohibió el suministro de piezas para todo el equipamiento militar yanki que tradicionalmente había vendido a ese país, desde aviones de combate y transporte militar hasta comunicaciones y radares. Es sumamente hipócrita acusar ahora a Venezuela de armamentismo.

Por el contrario, Estados Unidos suministró miles de millones de dólares en armas, medios de combate, transporte por aire y entrenamiento a las Fuerzas Armadas de la vecina Colombia. El pretexto fue la lucha contra la guerrilla. Puedo dar testimonio de los esfuerzos del presidente Hugo Chávez en la búsqueda de la paz interna en ese hermano país. Los yankis no sólo suministraron armas, sino que inyectaron sentimientos de odio contra Venezuela a las tropas que entrenaban, como hicieron en Honduras a través de la Fuerza de Tarea basificada en Palmerola.

Estados Unidos suministra a las unidades de combate, donde dispone de bases militares, el mismo uniforme y equipamiento que a las tropas intervencionistas de su país en cualquier lugar del mundo. No necesitan soldados propios, como en Iraq, Afganistán o el norte de Pakistán, para planear actos de genocidio contra nuestros pueblos.

La extrema derecha imperialista, que controla los resortes fundamentales del poder, emplea mentiras descaradas para disfrazar sus planes.

La abogada y analista venezolano-estadounidense Eva Golinger, demuestra cómo los argumentos estratégicos empleados en el mensaje enviado en mayo del 2009 al Congreso de Estados Unidos para justificar una inversión en la base de Palanquero, son alterados totalmente en el acuerdo por el que Estados Unidos recibe esa misma base junto a otras numerosas instalaciones civiles y militares. El documento enviado al Congreso el 16 de noviembre, titulado: "Addendum para reflejar los términos del Acuerdo de Cooperación en Defensa entre Estados Unidos y Colombia, firmado el 30 de octubre del 2009, es completamente alterado", explica la analista. "No se habla ya de la ‘misión de movilidad’ que ‘garantiza el acceso a todo el continente de Suramérica, con la excepción de Cabo de Hornos’. También han cambiado toda referencia a operaciones de ‘alcance global’, ‘teatros de seguridad’ y aumento de la capacidad de las Fuerzas Armadas estadounidenses para realizar una ‘guerra de forma expedita’ en la región", escribe la aguda y bien informada analista.

Es obvio, por otra parte, que el Presidente de la República Bolivariana está batallando arduamente por superar los obstáculos que Estados Unidos ha creado a los países latinoamericanos, entre ellos, la violencia social y el tráfico de drogas. La sociedad norteamericana no fue capaz de evitar el consumo y el tráfico de las mismas. Sus consecuencias afectan hoy a muchos países del área.

La violencia ha sido uno de los productos más exportados por la sociedad capitalista de Estados Unidos a lo largo del último medio siglo, a través del empleo creciente de los medios masivos de comunicación y la llamada industria de la recreación. Son fenómenos nuevos que la sociedad humana no había conocido antes. Tales medios podrían ser utilizados para crear nuevos valores en una sociedad más humana y justa.

El capitalismo desarrollado creó las llamadas sociedades de consumo y con ello engendró problemas que hoy no es capaz de controlar.

Venezuela es el país que más rápidamente está llevando a cabo los programas sociales que pueden contrarrestar esas tendencias sumamente negativas. Los colosales éxitos alcanzados en los últimos Juegos Deportivos Bolivarianos lo están demostrando.

En la reunión de UNASUR, el Canciller de la República Bolivariana, planteó con gran claridad el problema de la paz en el área. ¿Cuál es la posición de cada país ante la instalación de bases yankis en el territorio de Suramérica? No solo constituye una obligación de cada Estado, sino también una obligación moral de cada hombre o mujer consciente y honesta de nuestro hemisferio y del mundo. El imperio debe saber que en cualquier circunstancia los latinoamericanos lucharán sin descanso por sus derechos más sagrados.

Existen problemas todavía más graves e inmediatos para todos los pueblos del mundo: el cambio climático; tal vez el peor y más urgente en este instante.

Antes del 18 de diciembre, cada Estado deberá adoptar una decisión. De nuevo el ilustre Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, deberá definir su posición sobre el espinoso asunto.

Ya que aceptó la responsabilidad de recibir el Premio, tendrá que cumplir la demanda ética de Michael Moore cuando conoció la noticia: "¡ahora gáneselo!". ¿Es que acaso puede?, me pregunto. Cuando la exigencia unánime de los círculos científicos es que las emisiones de dióxido de carbono deben ser reducidas en no menos del 30% con relación a su nivel de 1990, Estados Unidos ofrece solo reducir el 17% de lo que emitía en el 2005, lo que apenas equivale al 5% del mínimo que exige la ciencia a todos los habitantes del planeta para el 2020. Estados Unidos consume el doble por habitante que Europa, y supera las emisiones de China, a pesar de los 1 338 millones de ciudadanos con que cuenta este país. Un habitante de la sociedad más consumista emite decenas de veces más CO2 per cápita que el ciudadano de un país pobre del Tercer Mundo.

En solo 30 años adicionales, no menos de nueve mil millones de seres humanos que poblarán el planeta requieren que la cifra de dióxido de carbono que se emita a la atmósfera sea reducida a no menos del 80% de lo que se emitía en 1990. Tales cifras se comprenden con amargura por un número creciente de líderes de países ricos; pero la jerarquía que dirige al país más poderoso y rico del planeta, Estados Unidos, se consuela a sí misma afirmando que tales pronósticos son invenciones de la ciencia. Se sabe que en Copenhague, a lo sumo, se aprobará seguir discutiendo para poner de acuerdo a más de 200 Estados e instituciones que deben dirimir los compromisos, entre ellos, uno importantísimo: quiénes y con cuántos recursos contribuirán los países ricos al desarrollo y el ahorro energético de los más pobres. ¿Acaso existe margen para la hipocresía y la mentira?

Fidel Castro Ruz
Noviembre 29 de 2009
7 y 15 p.m.