sábado, 24 de abril de 2010

Campaña mediática contra Cuba

Las trazas de una conspiración
La Jiribilla


CrONOLOGÍA DE LOS HECHOS (aCTUALIZADA)

En medio de los preparativos para su viaje sorpresa al Afganistán en guerra desde hace ocho años, el presidente de los Estados Unidos encontró oportunidad para pronunciarse sobre Cuba. El titular más propagado, luego de que fuera emitido un comunicado desde la Casa Blanca el pasado 24 de marzo, dice que Obama critica a Cuba por violación de los derechos humanos.
Según el Jefe de Estado, en la Isla se ha producido un creciente hostigamiento “hacia aquellos que se atreven a dar voz a los deseos de sus compatriotas cubanos". Obnubilado por los falsos ecos de las manifestaciones de las “damas de blanco” —grupo de probada militancia mercenaria— y por las protestas promovidas por algunos de los llamados “presos de conciencia”, el presidente pide el “fin de la represión” en Cuba. Pensemos, sin perder la esperanza, en que el empeño de Obama por sacar adelante la reforma sanitaria y la nueva ofensiva a Kandahar, han mediado su concentración para discernir entre bullicio y realidad y limitado sus posibilidades de analizar cabalmente el tema de Cuba.
La palabra “madres”, seguramente conmueve también a Obama tanto como ha conmocionado a otros que las mencionan casi a diario en sus páginas de Internet. En las salidas recientes de estas mujeres por calles de La Habana, las protagonistas se convirtieron en la comidilla de los medios y en receptoras de la “solidaridad” de personas dentro y fuera del Archipiélago. Sin embargo, las “insensibles” autoridades de la Isla, no han cedido ante los últimos “juegos de fuerza” y por ello, han merecido convertirse en diana de los pronunciamientos de anticubanos desde algunas latitudes y partidos.
Y claro, es difícil que alguien —como le sucedió a Obama— no se sienta “perturbado” por imágenes de las madres de los “presos políticos” cubanos “reprimidas por el régimen”. Lo que replicaron El País, El Mundo, La Vanguardia, BBC Mundo o El Nuevo Herald, sobre los “paseos” de las “damas” por La Habana, fue su verdad manejada. Las fotos y videos que las muestran junto a oficiales del Ministerio del Interior, no dicen que estos trataban de protegerlas para devolverlas a sus casas, no muestran las olas de pueblo que iban detrás, abucheándolas por su actuación ridícula.
Mientras en la Calle 8 de Miami, en complicidad con las “señoras del gladiolo” marchaban el confeso terrorista Luis Posada Carriles —cuyos crímenes encubre la “gran prensa”— y la cantante Gloria Estefan —a quien hace poco se le reconocieron vínculos con la CIA y la participación en operaciones ilegales de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA)—, se aliaban al nuevo manifiesto condenatorio a la Isla que con el slogan “Yo acuso al gobierno cubano” firman personajes de todas las tendencias. Nadie se explica cómo pudieron comulgar juntos en pos de una misma carta, activistas de filiaciones tan controversiales como Ninoska Pérez, ex cabecilla de la FNCA; el escritor peruano Mario Vargas Llosa, crítico obsesivo de la Revolución; Carlos Alberto Montaner, conocido agente de la CIA o Ernesto Hernández Busto, articulista de Penúltimos días, quien en 2008 declaró abiertamente simpatizar con la idea de que una intervención militar de Estados Unidos es “la manera más rápida y productiva” para “acabar” con la Revolución cubana.
Los promotores de esta otra campaña se ufanan de haber inscrito unas 40 mil firmas desde la Isla y el extranjero, pero no se atreven a profundizar en el prestigio de las rúbricas. Ni siquiera es posible conocer a la mayoría de los firmantes, pues sus nombres no se divulgan. No han encontrado el respaldo suficiente de voces destacadas de la intelectualidad y la cultura. Solo unos pocos artistas famosos o apenas dos o tres con obras valiosas, han suscrito este texto perverso y falsario. Habría que preguntarse si realmente leyeron esas líneas donde se llega a reclamar a la Revolución, el “respeto a la vida”.
Otro recurso que denuncia la verdadera naturaleza de esta estrategia de los medios fue el empleado contra el actor Willy Toledo y el cantante Miguel Bosé. El objetivo es emplazar a todo el que se pare ante un micrófono, lo mismo para presentar un disco, que para solidarizarse con Haití. Sin embargo, el testimonio final de Toledo, por solo citar uno de los ejemplos, ofrece pocas posibilidades a la interpretación ambigua: “A Cuba le imparten clases de derechos humanos los mismos que planean y ejecutan `guerras preventivas´; le exigen respeto a las garantías penales y procesales quienes miran a otro lado cuando se menciona Abu Grahib o Bagram, quienes crean y mantienen Guantánamo o le dan carta de naturaleza, consintiendo que vuelos secretos con personas secuestradas hagan escala en su territorio o acogiendo en su sistema penitenciario a sus `presos´”.
Algo similar sucedió con las declaraciones del cantautor cubano Silvio Rodríguez. En una de intervenciones a propósito de la presentación de su más reciente disco Segunda cita hizo referencia al texto de la canción “Sea Señora”: A desencanto, opóngase deseo. Superen la erre de revolución. Y aclaró: “si suprimimos la ´r´ de Revolución lo que queda es evolución. A eso me refiero. Es imposible que haya un mundo en semejante estado de reposo”. Fue suficiente para que las palabras del trovador se convirtieran en diana de la más inescrupulosa y premeditada descontextualización. Omitieron sus palabras cuando advirtió estar “viendo amplificado últimamente situaciones hacia Cuba y contra Cuba que durante todos estos 50 años” había percibido idénticas. “Y en este momento —agregó—, quizá producto de las características de la tecnología, parece, pareciera, que hay como un consenso superior contra Cuba”. Era obvio que el resto de sus comentarios no convenía como titulares a la misma prensa que quiso sumarlo al fabricado cúmulo de señales que promueven la idea de una “change” en la Isla. Diciendo sus verdades “a tiempo y sonriente”, Silvio confirmó: “yo, que llevo 50 años viviendo en Cuba, y que conozco todo eso que ha pasado, sigo teniendo muchas más razones para creer en la Revolución que para creer en sus detractores”.
Las versiones que algunas agencias ofrecen acerca de la Cuba de hoy, no son más que un reducto favorable a los intereses del imperialismo. Así apareció Orlando Zapata Tamayo como el mártir que necesitaba la contrarrevolución carente de líderes y fetiches. Los adversarios, más activos que en otras ocasiones, encontraron en la muerte de un ser humano, el motivo para empezar, desde la más reacia fracción de la blogosfera y luego con el sostén de medios como El País y The Washington Post, una de las más cruentas maniobras mediáticas para incriminarnos.
El diario del Grupo PRISA se estrenó en la contienda el 25 de febrero con el editorial “Credenciales cubanas”, al que le han seguido varias ráfagas de reportajes y artículos de opinión. La búsqueda de la palabra “Cuba” arrojaba el 30 de marzo unos 120 resultados para la versión de este periódico en Internet. Silenciando incluso la situación de los civiles en Afganistán o la de los huérfanos de Haití a causa del terremoto del pasado enero, El País consagra parte de sus páginas a amplificar a la bloguera Yoani Sánchez —mercenaria pagada para realizar actividad subversiva dentro de la Isla. Para rematar, en “Cuba, cuenta atrás”, del primero de abril, el diario vuelve a tenderle la mano a las “damas de blanco” y los llamados “presos políticos”, intentando quitarles la etiqueta de “agentes del imperialismo”.
El tono de El País no logra camuflar el deseo de hostigamiento a Cuba. Su “tarde o temprano, el Gobierno cubano tendrá que poner en libertad a los presos políticos y, por tanto, mejor que lo haga cuanto antes”, resulta amenazante. Tendríamos que preguntarles quién se atreverá a espetarle en ese tono a Obama por los Cinco cubanos presos injustamente en los EE.UU. Aprovechando la coyuntura, una vez más, le hacen el juego a los Estados Unidos, en el afán por erosionar las relaciones de Cuba con el mundo y demeritar el ejemplo inspirador de la Revolución para los pueblos latinoamericanos. El Parlamento Europeo ha llegado a emitir una resolución que estimula a las instituciones de sus países para que “alienten sin reservas el inicio de un proceso pacífico de transición política hacia una democracia pluripartidista en Cuba”. Europa ha vuelto a la carga con saña, alzando ahora el banderín de la “situación de los presos políticos”. Así, también, complementa la mentira gigante sobre un pueblo que desde hace 50 años ha defendido la solidaridad como principio y no conoce en suelo propio de torturas ni de ejecuciones fuera de la ley.
Para mantener el fuego atizado, un día después del deceso del preso Tamayo, apareció Coco Fariñas, el nuevo candidato a “santo de la disidencia”, quien ha recibido la visita de funcionarios de la embajada española en La Habana y la propuesta de ese mismo gobierno de ser trasladado a su país. Los tutores europeos y norteamericanos “revolotean” alrededor de cualquier acción que pueda generar desconfianza hacia Cuba. Recordemos que en las mismas calles por las que caminaron las “damas de blanco” en días pasados, podía encontrarse con facilidad a Lowell Dale Lawton, segundo Secretario Político Económico de la SINA, Ingemar Cederberg, Ministro de la Embajada de Suecia, o a Volker Pellet, funcionario del gobierno alemán en La Habana.
Cuando el 23 de marzo El País informó sobre los acuerdos de la última reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Aruba, y comentó sobre el aumento de la violencia hacia los profesionales de la información, señaló que “las conclusiones [del evento] incluyen una referencia directa a la situación de los derechos humanos en Cuba y al `calvario´ del periodista cubano Guillermo Fariñas”. Nada se dice en esta nota acerca de Honduras, donde en la semana anterior, dos periodistas habían sido asesinados por la cobertura de las protestas contra el golpe de Estado de junio de 2009.
Siguiendo la ruta de este plan de marcado matiz terrorista para la desestabilización de la Revolución cubana –aclaremos que los medios no han utilizado nunca el término “terrorista” para referirse a la campaña- aparece también la censura por parte de la empresa Google al blog del articulista y ensayista cubano Enrique Ubieta Gómez, quien ha denunciado el acoso mediático y ha descaracterizado a sus impulsores. La conjura duró poco, pues el blog fue restituido, al parecer, luego de los comentarios que comenzaban a suscitarse alrededor de la legitimidad de la tantas veces ponderada “libertad de expresión”. No convenía, pues, callar otra voz, por incómoda que fuere, cuando la prensa ataca a Cuba, empuñando, precisamente, el estilete de la “palabra libre”.
Una nueva artimaña se ha gestado en los últimos días por los promotores de la carta sin firmas: un llamado a los escritores y artistas cubanos a traicionar a la Revolución, una colección de aforismos sin sustento y más mentiras que se añade a la aviesa e inescrupulosa campaña contra Cuba.
El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano emplazaba, a propósito de esta nueva embestida, a las publicaciones que han hecho foco en Cuba buscando encontrar solo defectos, y denunciaba que los grandes medios de comunicación “no hayan recogido en tantas páginas que dedicaron al terremoto de Haití, que el país que más médicos mandó fue Cuba, 1.000, y que los galenos haitianos recibieron la formación en el país cubano de forma gratuita”.
Galeano ha aportado además, una metáfora de contenido irrebatible: “contra Cuba se aplica una lupa inmensa que magnifica todo lo que allí ocurre cada vez que conviene a los intereses enemigos, llamando la atención sobre lo que pasa en la Revolución, mientras la lupa se distrae y no alcanza ver otras cosas importantes y que los medios de comunicación no hacen por informar”.
Mientras algunos nos acusan de malévolos criminales, como tantas otras veces, los cubanos hemos recibido el respaldo de los amigos del mundo. El documento En Defensa de Cuba, que denuncia la intromisión del Parlamento Europeo en los asuntos de la Isla ha sido respaldado, entre otros, por el presidente boliviano Evo Morales, el filósofo húngaro István Mészáros, el ensayista y periodista franco-español Ignacio Ramonet, el teólogo y escritor brasileño Frei Betto, el actor estadounidense Danny Glover, el cineasta boliviano Jorge Sanjinés, el historiador y profesor italiano Piero Gleijeses, la escritora argentina Stella Caloni y el Premio Nobel de Física ruso Zhores Alfiorov.
Asimismo, se suman nombres como Atilio Borón, Carlo Frabetti, Gianni Miná, Lucius Walker, Oscar Niemeyer, Ray Brown, Setsuko Ono, Belén Gopegui, Boaventura de Sousa, Horacio Cerutti, Ana Esther Ceceña, Thiago de Melo, Alfonso Sastre y François Houtart.

Nuevamente la ética y la razón ponen a prueba a los hombres y mujeres de bien. Eso que el intelectual español y Premio Rómulo Gallegos Isaac Rosa denomina la “hipervisibilidad de Cuba”, o lo que es lo mismo, la sobreexposición mediática que ha sufrido el país en los últimos años con la excusa de los derechos humanos, no ha logrado hablar en términos justos de la realidad de este pueblo.
Entrevista con Belén Gopegui
La Revolución es superación


La escritora española Belén Gopegui, una de las tantas amigas y estudiosas de la realidad cubana, autora de novelas como La escala de los mapas (1993) y El padre de Blancanieves (2007), confía en que en medio del bombardeo mediático al que ha sido sometida la Isla, aún pueden existir personas que logren acercarse a la verdad sobre su pueblo. En la presentación de su libro El lado frío de la almohada (2004), había comentado que “si tuviera que elegir un objetivo para conseguir con esta novela sería que las personas interesadas por lo que ocurre en Cuba dejaran de conformarse con lo que dicen los medios de comunicación de masas y buscaran sus propias fuentes de documentación”.

En este nuevo contexto, explica en entrevista con La Jiribilla que “frente al bombardeo, lo erróneo sería refugiarnos en las trincheras, mejor desperdigarnos sobre el terreno batido y proclamar con nuestra presencia su fracaso. Intentar que cada vez más personas se acerquen a Cuba, física y virtualmente, que dialoguen con ella, que pregunten y miren y trabajen también a su lado”.
La también Licenciada en Derecho, colaboradora habitual de publicaciones como Rebelión, entiende que solo puede haber intereses que buscan el fracaso del proyecto social detrás de la campaña urdida por los medios de comunicación en contra de Cuba. Ya advertía esta situación hace unos años en una entrevista on-line, donde explicaba que si fuera cierto que Cuba ha sido abandonada es porque detrás de cada acción “ya ha empezado a cundir la voracidad y el deseo de obtener beneficios”. Para Gopegui los que corren, “son malos tiempos para el capitalismo y, frente a los problemas se puede reaccionar con serenidad y solidaridad, o con la rapiña y el saqueo. Se pretende acabar con lo que pueda entorpecer ese saqueo. Que todo sea jungla, que no haya ni un solo metro cuadrado de agricultura, de cultura, de cultivo de las cualidades humanas. Si de verdad les preocuparan las cosas que funcionan mal en Cuba, que las habrá, claro, podrían decir: tenemos la suerte de que en una Isla se mantiene y sigue adelante un proyecto de organización de la vida diferente, que ha enfrentado el subdesarrollo impuesto por el colonialismo no por la vía de la competencia y la ley del más fuerte, sino a través del cuidado y el trabajo común. Pero a quienes atacan Cuba desde fuera no les importa que ese proyecto mejore, lo que quieren es que las cosas en Cuba funcionen igual de mal que en el capitalismo. Quieren un nuevo país subdesarrollado, uno más, ¿qué más da si hay una Guatemala o hay cinco? Eso a nadie le molesta. Pero una sola Cuba: cuántas páginas de periódicos, cuántos debates, cuánto estímulo para las luchas de los oprimidos”.
Las reacciones de la prensa ante las declaraciones del trovador Silvio Rodríguez durante la presentación de su disco Segunda Cita, son, para esta intelectual, un marcador del absurdo dentro de este juego mediático y uno de los colmos de la mentira: “las declaraciones de Silvio Rodríguez están en YouTube y según el marcador las han visto unas dos mil personas. Me pregunto por las que no los han visto, las que leen sobre Cuba en El País textos manipulados con desfachatez como el de Maite Rico, o las que leyeron algún reportaje indocumentado de Daniel Lozano en Público. Ojalá vayan a buscar las fuentes reales porque hoy es posible —no está lejos el día en que, si no luchamos, desaparezca esta posibilidad—. Ojalá miren los videos de la rueda de prensa y lean los textos íntegros ya que pueden acceder a ellos sin necesidad de que ningún intermediario sesgado se los cuente.
“Cuando Silvio Rodríguez plantea —como antes Fidel y Raúl y otros revolucionarios— la conveniencia de llevar a cabo cambios en el interior de la Revolución Cubana, ese hecho es prueba patente de la capacidad de autocrítica de la Revolución Cubana. Un proceso revolucionario implica la superación cotidiana de esa crisis permanente que supone el enfrentarse con los terribles poderes del Capital. La Revolución es crisis y superación pero los grupos dominantes se comportan como si este segundo término de la dialéctica no existiera.
“Si dejaran en paz a la Revolución, las palabras de Silvio Rodríguez servirían para pensar y reflexionar, pero cualquiera puede comprobar cómo cada muy poco tiempo la Revolución Cubana es acusada de algo y luego se demuestra que las acusaciones estaban completamente sacadas de quicio pero no importa porque ya hay una nueva acusación en marcha. Supongo que no es fácil discutir con calma en Cuba si siempre la están empujando, presionando, amenazando”.
Belén Gopegui ha firmado también la declaración En defensa de Cuba, al igual que decenas de intelectuales, investigadores y artistas de todas latitudes. Su afecto por la Revolución y por Cuba, se fundamentan en que “lo que la Revolución Cubana tiene de especial es que lleva en sí dos grandes ondas de emancipación: el nacionalismo antimperialista y el socialismo anticapitalista. `Jamás´, me escribió una vez un amigo y lo suscribo palabra por palabra, `podremos devolverle a Cuba todo lo que nos ha dado y nos da (hechos y esperanzas)´”.
Sin embargo, en medio de esta coyuntura en que algunos se empeñan en atacar a la Isla, Gopegui entiende que los mejores caminos para combatir y para resistir, se dibujan con las líneas de la solidaridad. Para ella, la presente campaña llegará hasta donde nosotros mismos se lo permitamos a los grandes medios. “No se trata de una campaña nueva, sino de una fase más de una campaña permanente. Tendremos que enfrentarnos a ella con todos nuestros recursos, con la solidaridad internacional de los revolucionarios, con la denuncia de las mentiras y tergiversaciones en todos los foros donde podamos usar la razón y la palabra, con argumentos cuando hablemos con quienes escuchan y con silencio con quienes no están dispuestos a escuchar nada que no sean sus propias palabras. El movimiento de emancipación ha atravesado por momentos como estos a lo largo de su historia y se trata de decir alto y claro que aquí estamos, que nos hemos reagrupado y no hay derrota. Hoy, nuestra forma de vencer es estar, mirar a sus ojos y mantener la mirada”.
Tomado de La Jiribila-13 de abril de 2010
Reflexiones del Compañero Fidel
La hermandad entre la República Bolivariana y Cuba

Tuve el privilegio de conversar durante tres horas el pasado jueves 15 con el Presidente de la República Bolivariana de Venezuela Hugo Chávez, quien tuvo la gentileza de visitar una vez más nuestro país, procedente esta vez de Nicaragua.

Pocas veces en la vida, tal vez nunca, conocí a una persona que ha sido capaz de dirigir una Revolución verdadera y profunda durante más de 10 años; sin un solo día de descanso, en un territorio de menos de un millón de kilómetros cuadrados, en esta región del mundo colonizada por la península Ibérica, que durante 300 años dominó sobre una superficie 20 veces superior, de inmensas riquezas, donde impusieron sus creencias, su lengua y su cultura. No se podría escribir hoy la historia de nuestra especie en el planeta ignorando lo ocurrido en este hemisferio.
Bolívar, por su parte, no luchó solo por Venezuela. Las aguas y las tierras eran entonces más puras; las especies variadas y abundantes; la energía contenida en su gas y su petróleo, desconocida. Doscientos años atrás, al iniciarse la lucha por la independencia en Venezuela, no lo hacía sólo por la independencia en ese país, lo hacía por la de todos los pueblos del continente aún colonizados.
Soñó Bolívar crear la mayor República que haya existido y cuya capital sería el istmo de Panamá.
En su insuperable grandeza, El Libertador, con verdadero genio revolucionario, fue capaz de presagiar que Estados Unidos —limitado originalmente al territorio de las 13 colonias inglesas— parecía destinado a sembrar de miseria la América en nombre de la libertad.

Un factor que contribuyó a la lucha de América Latina por la independencia fue la invasión de España por Napoleón, quien con sus desmedidas ambiciones contribuyó a crear las condiciones propicias para el inicio de las luchas por la independencia de nuestro continente. La historia de la humanidad es sinuosa y llena de contradicciones; a su vez, se torna cada vez más compleja y difícil.
Nuestro país habla con la autoridad moral de una pequeña nación que ha resistido más de medio siglo de brutal represión por parte de ese imperio previsto por Bolívar, el más poderoso que existió jamás. La inmensa hipocresía de su política y su desprecio por los demás pueblos lo han conducido a situaciones muy graves y peligrosas. Entre otras consecuencias están las pruebas diarias de cobardía y cinismo, convertidas en prácticas cotidianas de la política internacional, ya que la inmensa mayoría de las personas honestas de la Tierra no tienen posibilidad alguna de dar a conocer sus opiniones, ni de recibir informaciones fidedignas.
La política de principios y la honestidad con que siempre ha expuesto la Revolución Cubana aciertos y errores —y de modo especial determinadas normas de conducta nunca violadas a lo largo de más de 50 años, como la de no torturar jamás a un ciudadano— no conoce excepción alguna. De la misma forma, nunca ha cedido ni cederá ante el chantaje y el terror mediático. Son hechos históricos más que demostrados. Se trata de un tema sobre el que podría argumentarse ampliamente; hoy simplemente lo señalamos para explicar por qué nuestra amistad y nuestra admiración por el Presidente bolivariano Hugo Chávez, un tema sobre el cual podría extenderme considerablemente. Basta citar en esta ocasión algunos elementos para explicar por qué afirmé que constituye un privilegio conversar horas con él.
No había nacido todavía cuando el ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953. Tenía menos de cinco años cuando el triunfo de la Revolución el Primero de Enero de 1959. Lo conocí en 1994, 35 años después, cuando ya había cumplido 40 años. Pude observar desde entonces su desarrollo revolucionario durante casi 16·años. Dotado de excepcional talento, y lector insaciable, puedo dar testimonio de su capacidad para desarrollar y profundizar las ideas revolucionarias. Como en todo ser humano, el azar y las circunstancias desempeñaron un papel decisivo en el avance de sus ideas. Es notable su capacidad de recordar cualquier concepto y repetirlo con increíble precisión mucho tiempo después. Es un verdadero maestro en el desarrollo y divulgación de las ideas revolucionarias. Posee el dominio de las mismas y el arte de transmitirlas con asombrosa elocuencia. Es absolutamente honesto y sensible con relación a las personas, sumamente generoso por naturaleza. No necesita elogios y acostumbra en cambio a prodigarlos generosamente. Cuando no estoy de acuerdo con alguno de sus puntos de vista o cualquier decisión suya, simplemente se lo transmito con sinceridad, en el momento adecuado y con el debido respeto a nuestra amistad. Al hacerlo, tomo sobre todo en cuenta que es hoy la persona que más preocupa al imperio, por su capacidad de influir en las masas y por los inmensos recursos naturales de un país al que han saqueado sin piedad, y la persona a la que con todo rigor golpean y tratan de restar autoridad. Tanto el imperio como los mercenarios a su servicio, intoxicados por las mentiras y el consumismo, corren una vez más el riesgo de subestimarlo a él y a su heroico pueblo, pero no albergo la menor duda de que una vez más recibirán una lección inolvidable. Más de medio siglo de lucha me lo indica con toda claridad.
Chávez lleva la dialéctica dentro de sí mismo. Nunca, en ninguna época, ningún gobierno hizo tanto por su pueblo en tan breve tiempo. Me complace de modo especial transmitirle a su pueblo una calurosa felicitación al conmemorarse el 200 Aniversario del inicio de la lucha por la independencia de Venezuela y de América Latina. Quiso el azar que el día 19 de abril se conmemore también la victoria de la Revolución contra el imperialismo en Girón, hace exactamente 49 años. Deseamos compartir esa victoria con la Patria de Bolívar.
Me complace saludar igualmente a todos los hermanos del ALBA.
Fidel Castro Ruz
Abril 18 de 2010
7 y 24 p.m.