miércoles, 11 de septiembre de 2013

Invitación: Mesa panel “Los Cinco y la solidaridad internacional: a 15 años de injusticia”


En el marco de la Jornada Internacional por la liberación de los Cinco, que se desarrolla del 5 de septiembre al 6 de octubre en todo el mundo, el Comité Yucateco de Solidaridad con los Cinco Presos Cubanos en Estados Unidos, invita a la Mesa panel “Los Cinco y la solidaridad internacional: a 15 años de injusticia”, que se realizará el próximo jueves 12 de septiembre a las 8 de la noche en la Biblioteca Pública “Manuel Cepeda Peraza”.

Participarán Gilberto Balam Pereira (presidente del Comité Yucateco), Lorena Aguilar Aguilar (Colectivo Kaos en la Red) y Tomás Ramos Rodríguez (Colectivo Disyuntivas); como moderador fungirá Cristóbal León Campos (Secretario del Comité Yucateco).

En el evento también se difundirán las palabras de René González, héroe de Cuba, quien es uno de los Cinco recientemente liberado. Por su parte, el abogado Jorge Angulo Bermejo amenizará el evento con intervenciones musicales de solidaridad y conciencia.

El 12 de septiembre se cumplirán quince años del apresamiento y encarcelamiento de Los Cinco por agentes del Buró Federal de Investigaciones de Miami. Desde esa fecha han resistido todas las injusticias y han permanecido firmes en su importante misión de ayudar a evitar más ataques terroristas perpetrados por grupos extremistas a la población cubana y otras partes del mundo. René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Ramón Labañino y Fernando González fueron condenados en 2001 a crueles penas, las más grandes en la historia de los Estados Unidos.

Desde ese día, comenzó una senda de resistencia que ha desatado el apoyo y la solidaridad mundial, creciente en todas las latitudes e incluso en los propios EE.UU.


El Comité Yucateco de Solidaridad con los Cinco hace un llamado a toda la sociedad yucateca para que se informe sobre esta injusticia y se manifieste en apoyo de la liberación de los cubanos antiterroristas. De igual forma invita a participar en las actividades que estará realizando en el marco de la Jornada Internación de Solidaridad.

Los Cinco cubanos: quince años de injusticia

Por Cristóbal León Campos

El 12 de septiembre de 1998, fueron arrestados en el Sur de la Florida por agentes del FBI y mantenidos en celdas de aislamiento durante 17 meses antes de que su caso fuera llevado al tribunal, Cinco cubanos antiterroristas. Acusados de espías y terroristas les fueron agregando falsos delitos como el de conspirar contra el gobierno estadounidense e incluso de asesinato. Durante su juicio, no fueron capaces de probar tales delitos sus acusadores, quedando en evidencia la injusticia que se estaba cometiendo.
Estos cubanos fueron a Estados Unidos para monitorear las actividades de los grupos mercenarios responsables de numerosos actos terroristas contra el pueblo cubano, así como para la constatación de las organizaciones que los apoyan. Su único objetivo era advertir al gobierno de Cuba sobre los planes de sabotaje contra la isla y poder adoptar medidas de prevención y defensa.

A pesar de que no tenían ninguna intención de realizar acciones contra el gobierno estadounidense, el jurado elegido a modo de los intereses imperialistas, encontró “culpables” a los Cinco de todos los cargos atribuidos.

Después de ser “hallados culpables”, los Cinco fueron sentenciados en 2001 a condenas largas y sin precedentes, confinados en cinco cárceles de máxima seguridad totalmente separadas una de otra. Las sentencias dictadas son: para René González quince años de prisión; para Gerardo Hernández dos cadenas perpetuas más quince años; para Antonio Guerrero cadena perpetua más diez años; para Ramón Labañino cadena perpetua más dieciocho años; y para Fernando González diecinueve años de prisión. Los tres cubanos con cadenas perpetuas se convirtieron en las primeras personas en Estados Unidos en recibir esta condena en casos relacionados con espionaje, en el cual además no existió ni un solo documento secreto. Esta es una más de las calumnias e injusticias realizadas por los gobiernos de Estados Unidos en un contexto de permanentes agresiones al pueblo cubano desde su liberación en 1959.

Posteriormente y tras 27 meses la Corte de apelaciones revocó todas las condenas al considerar que estos cinco hombres no tuvieron un juicio justo en Miami. En 2005, el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Detenciones Arbitrarias, determinó que esta privación de la libertad es arbitraria y exhortó al gobierno de Estados Unidos a tomar las medidas necesarias para rectificar esa arbitrariedad. Nunca antes el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria ha denunciado como arbitraria la privación de libertad en un caso juzgado en Estados Unidos debido a violaciones cometidas durante el proceso legal.

La Fiscalía inventó crímenes que no fueron probados en el juicio, promovió un ambiente hostil y manipuló la evidencia y al jurado. No hay pruebas para sustentar las acusaciones y la imposición de condenas irracionales e injustificables son una muestra de una verdadera violación de los Derechos Humanos.

A los Cinco se les ha impedido el contacto con sus familiares e hijos, y ni siquiera pueden comunicarse entre sí a pesar de haberse comportado de un modo ejemplar. Amnistía Internacional ha condenado esos actos como violaciones del Derecho Internacional. El 4 de junio de 2008 el panel de tres Jueces encargado por el Onceavo Circuito de Apelaciones de Atlanta, emitió su opinión anulando las condenas de los Cinco y ordenó un nuevo juicio por considerar que no tuvieron uno justo.

Sin embargo, debido a la cerrazón de los jueces derechistas que se empeñan en mantener las sentencias de los detenidos la injusticia continúa, a pesar de las numerosas cartas abiertas que Premios Nobel y otros artistas e intelectuales de todo el mundo han dirigido al Fiscal General de los Estados Unidos demandando justicia para los Cinco cubanos. Más de mil parlamentarios y comisiones legislativas del mundo, incluyendo a México, se han dirigido a las autoridades americanas exigiendo la liberación de los cubanos. La lucha por la liberación de los Cinco se ha convertido en un amplio movimiento social a lo largo del orbe.

Otra muestra de la inhumana actitud del gobierno de Estados Unidos es el hecho de que en julio del 2010, enviaron a Gerardo Hernández una vez más al “hueco” durante una semana a pesar de que su vida corría peligro al presentar trastornos físicos a causa de una bacteria adquirida en prisión. Demostrado quedó otra vez, que al Imperio no le importa la vida humana, muchos menos la vida de los Cinco. El 25 de abril de 2011, el Gobierno de Estados Unidos pidió a la Corte que rechazará la solicitud de Habeas Corpus de Gerardo Hernández Nordelo y que no se le conceda una audiencia para analizar sus argumentos y las supuestas pruebas presentadas contra él.

El 7 de octubre de 2011, René González salió de la cárcel y comenzó a cumplir su período de libertad supervisada en territorio estadounidense, por espacio de 3 años, el cual ha estado caracterizado por múltiples restricciones. Hasta el momento, René ha recibido varias amenazas de muerte y su vida corre un peligro permanente debido a que está expuesto a que grupos anticubanos atenten contra él. En abril de 2013, se le concedió por segunda ocasión a René permiso para viajar a Cuba y asistir a las ceremonias en memoria de su padre recientemente fallecido. El 3 de mayo, la jueza Joan Lenard aceptó la solicitud presentada por René para modificar las condiciones de su libertad supervisada y permanecer en Cuba, a cambio de la renuncia a su ciudadanía estadounidense. Actualmente se encuentra realizando los trámites en la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, los cuales concluirán cuando le sea emitido un Certificado de Pérdida de la Ciudadanía por el Departamento de Estado. A pesar de este avance en la situación de René la injusticia permanece.

Las dos cadenas perpetuas más 15 años de privación de libertad que Gerardo pasa, lo condenan a que permanezca en prisión por el resto de su vida. Su esposa continúa recibiendo negativas por parte del gobierno de EEUU para visitarlo. Han solicitado al Presidente Barack Obama que les permita concebir un hijo, petición que no ha recibido respuesta.

En el caso de Antonio Guerrero, continúa separado de su madre, Mirta Rodríguez, quien muy anciana y con problemas de salud, conserva las esperanzas de poder vivir para reunirse con su hijo, cuando éste salga de prisión, en el 2017. Las hijas de Ramón han crecido separadas de su papá, quien lucha contra problemas de salud y conserva la esperanza de reunirse con su familia antes de 2024.

Desde el triunfo de la Revolución y la instauración del socialismo en Cuba, no ha cesado el Imperio de Estados Unidos su campaña contra la isla. Cuba ha sido víctima de amenazas, sanciones, invasiones, sabotajes, guerra biológica, atentados contra los dirigentes de la Revolución, y hostigada por un criminal bloqueo económico, además de que ha sufrido numerosos ataques por grupos terroristas financiados desde Washington. Es claro que el caso de los Cinco no guarda un principio legal, sino un orden eminentemente político de agresión a la Revolución Cubana.

En esta hora cuando se acerca el cumplimiento de quince años de injusticia y prisión por defender la integridad de su Patria, la indignación se expresa en el mundo. Existen por lo menos 346 Comités por la liberación de los Cinco en 110 países. En Yucatán, el 30 de marzo del 2009, conformamos el Comité Yucateco de Solidaridad con los Cinco Presos Cubanos en Estados Unidos integrado por intelectuales, profesionistas y activistas sociales, con el objetivo de concientizar a la sociedad yucateca de la necesidad de solidarizarse con la liberación de los Cinco y la exigencia de justicia para el pueblo cubano.

El actual gobierno de Barack Obama, a pesar de tener la facultad constitucional de liberar a los Cinco a través de una orden presidencial, no mueve un solo dedo para poner fin a esta injusticia. Al iniciarse su gobierno, en algunos discursos quiso dar la impresión de que estaba dispuesto a cambiar la política imperial hacia la isla caribeña, hoy los hechos son claros, los intereses del Imperio no son los de la humanidad, y por tanto los del pueblo cubano.

La sociedad yucateca no puede ignorar esta demanda mundial de justicia y por ello nos manifestamos a favor de la liberación de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René. Consideramos que en virtud de los fuertes vínculos comerciales, históricos, artísticos y políticos que la península yucateca ha tenido con la República de Cuba, en nuestro caso se hace todavía más necesario este pronunciamiento. Al valor universal que la justicia tiene desde la perspectiva de los derechos humanos se agregan los fuertes vínculos de solidaridad y hermandad que unen a México, y especialmente a Yucatán con Cuba.

La dignidad con que los Cinco han resistido estos años, es un ejemplo y una luz guía en tiempos de agonía y desesperanza humana. La necesidad de la libertad para los Cinco es clara, ya es hora de dar el paso que nos conduzca al establecimiento de la justicia en el mundo, para lo cual, debemos dejar atrás a los imperios y construir el gobierno de los pueblos.

El sacrificio ha sido por la vida, afirmó antiterrorista cubano Ramón Labañino

El antiterrorista cubano Ramón Labañino, condenado injustamente en Miami a 30 años de prisión, que cumple en una cárcel federal de Kentucky, Estados Unidos, afirmó que lo ha sacrificado todo por la vida y el bien común.

Esa idea por sí sola da una fuerza enorme de voluntad y entereza en contra de todas las adversidades y adversarios, dijo Labañino en respuesta a un cuestionario de Prensa Latina.

Próximo a cumplirse el 12 de septiembre el aniversario 15 del arresto de los Cinco, como son conocidos él y sus compañeros Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González y René González, afirmó que tiene la convicción de estar haciendo lo correcto.

Añadió que se dedicaron a defender una causa humana y que “jamás ha hecho daño a nadie ni a nada material”.

Cuando lo arrestaron aquella madrugada de 1998 tenía 35 años y ya arribó a los 50, por eso opina sobre las dimensiones del tiempo, al considera “un concepto relativo”.

Si pienso en mí -apuntó– creo que el tiempo no ha pasado. Cuando veo a mis hijas hechas mujeres, cuando me miro en los ojos de mi Eli amada, el tiempo se me hace infinito, duro, implacable.

Por eso recurro al otro tiempo: al de las risas y las alegrías, al del retorno y la felicidad, al tiempo precioso de nuestro futuro libre en Cuba y con ese me quedo (mi optimismo)…Ya sabes soy un infinito optimista, qué le
voy a hacer, y así soy feliz, recalcó Labañino.

“Siempre he encontrado razones para ver el ángulo positivo en todo lo que me pasa, de todo lo que me rodea, de las peleas, incluso, de las injusticias, de las cosas duras que uno vive y ve en la prisión”, comentó el
Héroe de la República de Cuba, título que comparte junto a sus hermanos de lucha.

Aunque a los Cinco los confinaron en distantes cárceles, desde su detención el “yo” pasó a ser “nosotros” y la causa de uno adquirió un carácter colectivo.

Así lo asumieron desde el inicio y cada vez que un mensaje de ellos llega la despedida termina, invariablemente, en “cinco abrazos” como escribió Ramón en estas repuestas enviadas desde la penitenciaría de Ashland, en Kentucky.

Hijo de Nereyda Salazar (fallecida) y Holmes Labañino, nació el 9 de junio de 1963 en el barrio habanero de Marianao y se graduó con Diploma de Oro en la licenciatura de Economía, en la Universidad de La Habana.

Sus mayores tesoros son Aili (de un primer matrimonio), Laura y Lizbeth, las hijas que no se cansa de repetir que adora.

Justo en febrero de 1992, cuando se fue de casa para trabajar en el exterior, Elizabeth Palmeiro, su esposa, apenas tenía ocho semanas de embarazo de Laura. Él no pudo disfrutar esta etapa, ni tampoco la llegada al
mundo de Lizbeth, a la que sí conoció recién nacida, en febrero de 1997.

Sus entradas y salidas al país y luego la prisión provocaron que pese a llevar 23 años de casados, Ramón y Elizabeth solo han vivido juntos sin separarse apenas dos, el resto ha sido a distancia.

No obstante, ambos construyeron una familia y ella, en la retaguardia, lo espera, al frente de un proyecto de familia que se logró por encima de los obstáculos y ahí están “sus hermosas mujeres”, como él se enorgullece
expresar.

Se adentró igualmente en pasajes de su vida. “Yo creo que soy un eterno niño, así me dicen mi esposa Elizabeth, mis hijas y quienes me conocen, no sé si será verdad o es por el amor que me devotan; pero sí creo que nunca he perdido (ni jamás lo haré) ese espíritu juvenil, risueño, alegre y optimista que tanto ayuda a luchar a vivir y a luchar”.

Acotó que así era de niño: risueño, muy tímido, mucho diría yo, y siempre me encantó estudiar y hacer deportes.

Recuerdo que desde pequeño mi hermanita Laide me empezó a llamar “papi”, creo que porque la cuidaba mucho y mi mamá nos educó con el concepto de que el hijo mayor de la familia es como el segundo padre.

Y pienso —enfatizó—que ese papel me lo creí con mucha fe, tanto, que hoy día, muchos me dicen “papi” y eso es algo que mis niñas resienten; porque quieren ser las únicas en decirme así, pero ellas saben muy bien que
soy único e irrepetible Papi, desde el alma hasta el infinito, y eso es lo importante.

Disfruté mucho mis años de universidad, como dije me encanta estudiar y hacer deportes y allí pude desarrollar ampliamente ambas actividades, planteó Labañino al recordar que “también fui alumno ayudante de Estadística Matemática desde el segundo año de la carrera”.

A veces daba repasos y clases a los compañeros de años inferiores o de nuestro propio año, es algo que también me gusta mucho: enseñar, subrayó.

Comentó además que “en la Universidad pude practicar judo y karate-do, que era mi sueño como deportista” y que en sentido general este “fue un período de aprendizaje, pero sobre todo de crecimiento”.

Ello “me ayudó mucho en mi formación y en mis convicciones en todos los sentidos, cosa que agradezco infinitamente a Cuba, a nuestra Revolución, a nuestro sistema socialista”, recalcó.

Labañino refirió que hace deportes por placer, también por la necesidad de liberar tanto estrés, y porque me siento mucho mejor y útil después de cada jornada.

“Trato de mantenerme saludable a pesar de los pesares, pues es nuestra manera de pelear y vencer, de no dejarnos derrumbar ni destruir”, puntualizó.

“Ahora mismo -explicó– estoy haciendo pesas, caminatas dentro de la prisión, algo de handball, mucho ajedrez. Eso me hace sentir saludable, vital, listo para las contiendas de cada día y las que han de venir en el futuro.

Al responder que a quién le gustaría parecerse, manifestó: “Trato de ser yo mismo guiado por el ejemplo de los grandes, pues es imposible alcanzar íconos; pero he admirado mucho y trataría de ser como el (guerrillero argentino cubano) Ernesto Che Guevara.

También dijo que son sus paradigmas Antonio Maceo, uno de los principales caudillos de las guerras libertarias en la isla durante el siglo XIX, el apóstol cubano José Martí, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, y el presidente Raúl Castro.

“Y mucho como nuestro Hugo Chávez (desaparecido mandatario venezolano). Ellos son en esencia mis ejemplos cotidianos”, enumeró, al concluir que le gustaría “ser, simplemente, como cada hombre con decoro y honor que harían esta lista demasiado extensa”.

Comentó además que entre sus lecturas favoritas están Cien años de soledad y El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez; El reino de este mundo, de Alejo Carpentier; Los versos sencillos de José Martí y La Casa de los espíritus, de Isabel Allende.

Además, mencionó algunas series cubanas como En silencio ha tenido que ser y Julito el Pescador, y espacios como Aventuras, donde se transmitieron episodios “donde vi Los comandos del silencio”, los cuales, añadió debían volver a retomarse en la pequeña pantalla.

Sobre las películas, resaltó que su preferidas son las cubanas “Fresa y Chocolate, y Clandestinos, protagonizada por nuestra admirable Isabel Santos”.

En diciembre de 2009 cuando iban a resentenciarlo en un tribunal de la ciudad estadounidense de Miami (aún cargaba la sanción de una cadena perpetua más 18 años de cárcel), entró a la sala del tribunal con las manos en alto, en símbolo de victoria.

Con su mirada lo escudriñó todo hasta encontrar entre los presentes en la audiencia a su querida Elizabeth. Le sonrió como el más feliz de los mortales y la cubrió de besos con la mirada. Fue un momento fugaz y a la vez casi eterno.

Cuántas cosas se trasmitieron en aquel momento, similar al que vino después, cuando conoció que la nueva sentencia, igual de injusta, lo privaría 30 años de su vida de la libertad física, porque la del alma y el espíritu sus captores no han podido encerrarla.

Sin embargo, Ramón Labañino no decayó y confía en el regreso. “Es que por naturaleza soy un hombre optimista”, confesó.

Por eso a la interrogante de si cerrara los ojos, qué imagen se alza ante él, respondió que veía “a Cuba, una playa azul limpia, deslumbrante. Veo a Eli, a mis hijas, a toda mi familia, a mi pueblo. Veo risas, alegría, eternidad. Así es como mi libertad se hace tangible y real. Y sé que es cierto”.

Como si fuera un repentista, Ramón Labañino definió:”Yo soy un tipo así/exactamente como ves/sin derecho ni revés/simple y sin frenesí./ Con Cuba libre aprendí/Que amar luchando es el camino/Y esta pelea que hoy
conmino/ Es por la verdad que conocí/Y seguiré siendo así/Un tipo simple pero con decoro/Que vale mucho más que el oro/A quien le honra morir como viví.


(Tomado de Prensa Latina)

Detención de los Cinco patriotas fue una conspiración entre el FBI y la mafia de Miami

Por Lázaro Barredo Medina

Cartel reclamando la libertad por los cinco, colocado en abril de 2012 ante la Casa Blanca. Imagen de Archivo.
Cartel reclamando la libertad por los cinco, colocado en abril de 2012 ante la Casa Blanca. Imagen de Archivo.

Cada día aparecen mayores evidencias de que lo que aconteció aquel sábado 12 de septiembre de 1998 en Miami obedeció más a la conspiración de oficiales del Buró Federal de Investigaciones (FBI) con la mafia terrorista anticubana, que a la protección de la seguridad nacional de los Estados Unidos.

En el 2001, cuando abordamos en la Mesa Redonda el proceso judicial contra los Cinco, me llamó la atención una serie de acontecimientos que ocurrieron en torno a la detención en aquellos meses finales de 1998 y publiqué este artículo en el semanario Trabajadores.

La prensa de Miami reconoció el lunes siguiente a la detención, día 14 de septiembre de 1998, que muchos expertos no se explicaban por qué el FBI había arrestado ese fin de semana a las personas que monitoreaban a grupos contrarrevolucionarios porque era precisamente el FBI uno de los beneficiarios de la información que estas personas recolectaban sobre acciones violentas de estos grupos.

Un comentario publicado el día 15 de septiembre de 1998 por el Miami Herald planteaba que desde hacía tiempo el FBI tenía conocimiento de la actuación de estas personas dentro de los grupos de Miami, y añadía: “El lunes (14 de septiembre), muchos en La Pequeña Habana conjeturaban que la redada era la forma que tenía Washington de equilibrar la balanza de la justicia contra los siete cubanos exiliados que el mes pasado fueron acusados de tratar de asesinar a Fidel Castro” (se trataba de los detenidos a bordo del yate La Esperanza con la tenencia de fusiles de alto calibre que iban hacia Isla Margarita, en Venezuela, donde se celebraría la Cumbre Iberoamericana).

Días después, en conferencia de prensa, Héctor Pesquera, recién nombrado jefe del FBI en Miami, reconocía que la detención de los luchadores antiterroristas había generado contradicciones con algunos directivos del órgano de contraespionaje en Washington que no apoyaban esa acción, y agregó que este caso “nunca habría llegado a las cortes” si él no hubiera instado directamente a Louis Freeh, entonces director de ese órgano.

Evidentemente, algo anormal estaba ocurriendo…

OFICIALES DEL FBI CÓMPLICES DEL TERRORISMO DE LOS CUBANO-AMERICANOS

La ola de atentados a hoteles cubanos en 1997 y las posteriores declaraciones del connotado asesino Luis Posada Carriles al The New York Times, pusieron en entredicho a los órganos de la Inteligencia y Contrainteligencia norteamericanos.

“A mí no me molesta ni la CIA ni el FBI”, expresó Posada al Times.

El diario recordó que hay documentos revelados en Washington por los archivos de Seguridad Nacional que apoyan la insinuación de Posada de que el FBI y la CIA tenían conocimiento detallado de sus operaciones contra la Revolución cubana desde principios de los años 60.

El Times también reveló por esos días el testimonio del empresario Antonio Jorge Álvarez (Tony), residente en Carolina del Sur, quien dirigía la empresa WRB Enterprises en Guatemala y tuvo en ese país contactos con Posada Carriles y otros terroristas de origen cubano. Con riesgo para su vida, este empresario suministró información al FBI en 1997 sobre los preparativos de atentados contra el Presidente de Cuba durante la Cumbre Iberoamericana en Isla Margarita, Venezuela, y sobre la campaña de bombas que se gestaba contra hoteles en la Isla, pero el FBI demostró poco interés en la denuncia.

Igualmente, en otra vendetta que olía a chantaje financiero, Posada Carriles reveló que la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) financió durante años actos de violencia en Cuba.

Días antes de la mencionada Cumbre, la guardia costera de Estados Unidos detuvo en Puerto Rico una embarcación con cuatro hombres, y encontraron dos fusiles especiales Barret calibre 50 con mira telescópica, mientras el jefe del grupo, el cubano-americano Ángel Alfonso Alemán, aseguró a los oficiales del guardacostas, como si fuera una credencial de impunidad, que tenían la misión de matar a Fidel Castro en Isla Margarita.

El Jefe del FBI en Puerto Rico en ese momento era este Héctor Pesquera, quien seis meses después de esta detención fue nombrado para dirigir la Oficina en Miami.

Pesquera ya había trabajado en el FBI a principios de los 80 en Tampa y era jefe de la Oficina en Puerto Rico desde 1995, donde ganó renombre con la detención de patriotas independentistas boricuas.

Las investigaciones posteriores confirmaron que la embarcación detenida en Puerto Rico era propiedad de José A. Llama, directivo de la FNCA, y que uno de los fusiles calibre 50 pertenecía a José Francisco “Pepe” Hernández, presidente de la FNCA, a quien Pesquera ni siquiera citó para interrogatorio, tras encuentros con los enviados de Miami y de intercambiar opiniones con el abogado defensor de estos terroristas, un pariente cercano suyo, Ricardo Pesquera.

Estos hechos armaron en 1998 gran revuelo en Estados Unidos. En Miami, la prensa reconoció que las “autoridades se muestran suaves frente a actos anticastristas”.

“En medio de informes de que líderes del exilio cubano financiaron atentados dinamiteros en La Habana, fiscales, conspiradores y policías estuvieron de acuerdo en que las conspiraciones anticastristas en el sur de la Florida no solo son comunes, sino casi toleradas”, escribió Juan A. Tamayo, un columnista del Miami Herald.

En ese artículo de Tamayo, publicado el 23 de julio de 1998, se decía: “Durante años la política tácita de las agencias policíacas ha sido espiar a los militantes anticastristas y romper sus conspiraciones antes que enjuiciarlos, dijeron varios actuales y exfiscales de la región.

“Desde hace mucho tiempo existe la política de recopilar informes de inteligencia y desmovilizar a esa gente, interrumpir, en lugar de arrestar”, declaró un importante exfiscal federal.

“La policía y los agentes del FBI siempre nos vigilaban, pero básicamente nos dejaban tranquilos”, afirmó César Roig, un exmiembro de la organización terrorista Comandos L.

Una de las cosas más interesantes de este artículo, publicado dos meses antes de la detención de los patriotas cubanos, son las declaraciones de Kendall Coffey sobre la marcada parcialidad para celebrar un juicio “anticastrista” en esa ciudad. Coffey había sido Fiscal Federal en Miami y luego sería uno de los abogados de los secuestradores del niño cubano Elián González.

Reconoce Coffey en ese artículo: “A través de los años hemos actuado en cierto número de casos pero es muy difícil obtener un jurado en esta parte de la Florida que halle culpables a personas que son presentadas como combatientes por la libertad”.

El propio nombramiento de Héctor Pesquera tiene visos de obedecer a influencias de la mafia y la extrema derecha norteamericana. En cuanto llegó a Miami sostuvo reuniones con dirigentes contrarrevolucionarios y reafirmó compromisos con ellos.

En declaraciones publicadas el 29 de julio de 1998 enfatizó que “a pesar del torrente de informes sobre ataques terroristas de exiliados anticastristas, no planeo aumentar la prioridad de investigación para tales acciones”.

A buen entendedor, pocas palabras…

A LA MAFIA LE URGÍA UN PRETEXTO

La mafia terrorista de Miami en 1998 estaba en medio de una crisis. La muerte de Jorge Mas Canosa acrecentó las pugnas internas y esa crisis se acentuó con los hechos de Puerto Rico, que involucraron directamente a la FNCA y con otra investigación pública sobre un alijo de armas y explosivos almacenados en una embarcación anclada en el río de Miami y perteneciente a grupos terroristas cubanos (operativo que el FBI realizó gracias a la información suministrada por los patriotas cubanos).

De igual modo, a pesar del descomunal reforzamiento de la guerra de agresión contra Cuba que se desató a partir de la provocación del 24 de febrero de 1996 y del establecimiento de la Ley Helms-Burton, la política norteamericana comenzó a agrietarse ante la realidad cubana.

Preocupados con la posibilidad de cambios hacia la Isla, el entonces senador Bob Graham, de la Florida, a instancias de los grupos anticubanos más recalcitrantes, pidió al Pentágono un reporte especial sobre Cuba, en espera de nuevas justificaciones para reforzar la agresión y el “tiro le salió por la culata”, porque la conclusión del estudio, en el cual participaron varias instituciones y personalidades políticas y militares norteamericanas, fue que la Isla no constituye una amenaza para la Seguridad Nacional de los Estados Unidos.

También la mafia sufrió otra derrota estratégica cuando en aquel tiempo el llamado “Zar de las Drogas” en el gobierno norteamericano, el general Barry McCaffey, declaró que Cuba no tiene vínculos con el narcotráfico. Sintieron tanta molestia ante esas declaraciones, que el congresista Lincoln Díaz-Balart llegó hasta a tildar ante la prensa de “comunista” a este general de cuatro estrellas, condecorado con los máximos honores y distinciones por acciones combativas.

A mediados de ese año se profundizó la cooperación entre el FBI y las autoridades cubanas, cuando oficiales de ese órgano viajaron a La Habana tras el envío de una carta del Comandante en Jefe Fidel Castro al Presidente norteamericano William Clinton mediante el escritor colombiano y Premio Nobel Gabriel García Márquez, donde el líder cubano alertaba sobre los peligros de la violencia terrorista desde territorio norteamericano y, sobre todo, la amenaza de comenzar a atentar contra aviones civiles en pleno vuelo, que trasladaban turistas a Cuba.

Los oficiales del FBI recibieron en La Habana un paquete importante de información con fotos, documentos y cintas de video de al menos 48 terroristas radicados en Miami, material suministrado a las autoridades cubanas precisamente por esos patriotas que monitoreaban a las organizaciones terroristas en La Florida; quienes después serían detenidos y cuyas pruebas serían desestimadas en el juicio al ser clasificadas como “secretas” por el gobierno norteamericano.

La más connotada derrota la sufrió la extrema derecha cuando, por 72 votos a favor y 24 en contra, el Senado se opuso a Jesse Helms y aprobó una enmienda que facilitaba la venta de alimentos y medicinas a Cuba bajo determinadas prerrogativas. Igualmente, en el Capitolio progresaba la oposición a la inconstitucional medida que prohíbe y penaliza los viajes de los norteamericanos a Cuba.

Es en este contexto que la mafia terrorista necesitaba urgentemente de un pretexto que paralizara ese movimiento a favor de una mejor relación hacia Cuba, y para ello encontraron un sostén en el Jefe del FBI en Miami y de los personeros de la Fiscalía; mientras en Washington los “padrinos” de la extrema derecha establecían contacto con el máximo nivel para apoyar la detención de los patriotas cubanos al amanecer del sábado 12 de septiembre de 1998.

Lo insólito es que mientras el Jefe del FBI en Miami empleaba sus recursos para detener y armar un expediente contra cinco personas que trataban de evitar actos de terrorismo que dañaban tanto a su pueblo como a ciudadanos norteamericanos, en esos mismos instantes andaban libres, sostenían sus contactos y se entrenaban en el sur de la Florida, 12 de las 19 personas que tres años después se presume llevaron a cabo los actos terroristas contra las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington.

El FBI en Miami jamás obtuvo una sola pista sobre estos terroristas… Estaban demasiado ocupados en el tema cubano.


(Tomado de Granma)